EXPEDICION DE “EL GRANO” A “SANKT PAULI” EN ABRIL DE 2010

El día de salida, 22 de Abril, nos reunimos diez miembros de El Grano en el aeropuerto de Barajas sin saber a ciencia cierta si podríamos volar hasta Alemania para ver jugar a nuestro equipo, el F.C. St. Pauli, pero el volcán islandés nos respetó y aterrizamos en Hamburgo sin problemas, salvo por las tres rondas de cerveza gratis en el avión. Allí ya nos esperaban nuestros dos anfitriones para llevarnos al Hotel Pacific en pleno corazón del barrio y al lado del renovado estadio Millerntor, que visitamos inmediatamente.

Una vez reunidos con otro compañero venido de Frankfurt, los once expedicionarios nos aventuramos por los bares de la mítica calle Reeperbahn como el Indra, con jam session, futbolín y chupitos de vodka. La oncena quedaba formada por tres miembros veteranísimos, tres destacados y cinco neófitos, estos últimos abrumados por las historias que contábamos los demás y deseosos de comprobar hasta que punto eran realidad, como siempre en El Grano la realidad superaría todas las expectativas.

El viernes 23, antes del partido, unos cuantos visitamos el impresionante puerto de la ciudad enmarcado en el río Elba, la parte más kisch y turística del barrio de St. Pauli. Allí cogimos fuerzas a base de pescado crudo y salchichas y después de una siestecilla nos fuimos al partido.

Si antes de entrar al estadio éramos once personas con once comidas de tarro distintas, al salir éramos una sola masa consagrada a la causa del club de futbol Sankt Pauli recorriendo la ciudad al grito de “no estamos todos… (faltan los presos)”. Después de dos horas de cánticos ininterrumpidos, de una lluvia de goles por parte de nuestro querido club, de rock&roll por la megafonía del estadio, de hermanamiento con la hinchada, de encuentros inesperados, veteranos y novatos estábamos tocados por la gracia de este equipo que nunca deja de hacernos soñar. Victoria del St. Pauli y puertas abiertas al ascenso a primera división.

Después los bares del estadio como el Millers, el Rote Flora y alrededores como el Haus 73, y el Jolly Roger's donde encontramos a la multitud de hinchas venidos de toda Europa embriagada de goles y cerveza cayéndose por el suelo o durmiendo en la barra antes de la desbandada a la habitación del hotel.

El sábado no iba a ser menos excitante que el día del partido, paseo matinal por el centro de la ciudad y los canales, aderezado entre otros platos por las consabidas salchichas. Después división de opiniones, unos a descansar y otros a seguir de rondas bien entretenidos con la música de una gramola antigua y de una fauna bastante especial en el Nordlicht. El reencuentro fue para cenar y alternar por los bares punk y rock de la Reeperbahn y las casas okupas, el Night light, el Onkel Otto, el Kogge y a las seis de la mañana, al mercado de pescado, el Fischmarkt donde el Rock, la cerveza, la multitud y los puestos de pescado crean una mezcla única.

Los supervivientes de la experiencia Fischmarkt aún pudieron asistir el domingo a la marathón de Hamburgo y animar a los participantes bajo un sol radiante y una temperatura esplendida, otros como yo pasaron este día durmiendo la resaca en el hotel hasta el lunes. La tarde transcurrió casi por entero en la terracita del turco al lado del hotel haciendo balance de todo lo vivido en apenas tres días.

El resto de la expedición es anecdótica, el lunes visita obligada a la pintoresca ciudad de Lübeck bajo una lluvia demasiado persistente (la comida a base de salchichas), el martes encuentro con diversos amigos hamburgueses y el miércoles de vuelta a casa, ya como una familia y no solo como once compañeros de viaje. Los bares dantescos, los personajes interesantes, las compras de última hora, las cervezas y las salchichas que encontramos esos días es mejor contarlo en vivo en la barra de algún bar conocido.

Saludos a Treppi, Mikael, Petra, Alex de Valencia, Corrado y su Baradona, Jupp, Martina, Kulhe, el Fanladen y toda la gente del popular y populoso barrio de Sankt Pauli.

¡Aupa El Grano!, ¡Aupa St Pauli!